El renacimiento
Renacimiento, periodo de la historia europea caracterizado por un renovado interés por el pasado grecorromano clásico y especialmente por su arte. El renacimiento comenzó en Italia en el siglo XIV y se difundió por el resto de Europa durante los siglos XV y XVI. En este periodo, la fragmentaria sociedad feudal de la edad media, caracterizada por una economía básicamente agrícola y una vida cultural e intelectual dominada por
Contexto
El término ‘renacimiento’ lo utilizó por vez primera en 1855 el historiador francés Jules Michelet para referirse al “descubrimiento del mundo y del hombre” en el siglo XVI. El historiador suizo Jakob Burckhardt amplió este concepto en su obra La civilización del renacimiento italiano (1860), en la que delimitó el renacimiento al situarlo en el periodo comprendido entre el respectivo desarrollo artístico de los pintores Giotto y Miguel Ángel, y definió a esta época como el nacimiento de la humanidad y de la conciencia modernas tras un largo periodo de decadencia.
La más reciente investigación ha puesto fin al concepto de la edad media como época oscura e inactiva y ha mostrado cómo el siglo previo al renacimiento estuvo lleno de logros. Gracias a los scriptoria (aulas dedicadas al estudio) de los monasterios medievales se conservaron copias de obras de autores latinos como Virgilio, Ovidio, Cicerón y Séneca. El sistema legal de
Características del renacimiento
El renacimiento italiano fue sobre todo un fenómeno urbano, un producto de las ciudades que florecieron en el centro y norte de Italia, como Florencia, Ferrara, Milán y Venecia, cuya riqueza financió los logros culturales renacentistas. Estas mismas ciudades no eran producto del renacimiento, sino del periodo de gran expansión económica y demográfica de los siglos XII y XIII. Los comerciantes medievales italianos desarrollaron técnicas mercantiles y financieras como la contabilidad o las letras de cambio. La creación de la deuda pública (concepto desconocido en épocas pasadas) permitió a esas ciudades financiar su expansión territorial mediante la conquista militar. Sus mercaderes controlaron el comercio y las finanzas europeas; esta fluida sociedad mercantil contrastaba claramente con la sociedad rural de
Italia durante el renacimiento A mediados del siglo XV, el florecimiento de numerosas ciudades-estado contribuyó a que Italia alcanzara una relativa tranquilidad y gran prosperidad que favorecieron el surgimiento del renacimiento. Las zonas sombreadas que rodean cada ciudad representan sus respectivas áreas de influencia.
Ruptura con la tradición
Por supuesto, la edad media no acabó de forma repentina. No obstante, sería falso considerar la historia como una perpetua continuidad y, por tanto, al renacimiento como una mera continuación de la edad media. Una de las más significativas rupturas renacentistas con la tradición medieval se encuentra en el campo de la historia. Las obras Historiarum florentini populi libri XII (Doce libros de historias florentinas, 1420) de Leonardo Bruno, las Istorie fiorentine (Historias florentinas, 1525) de Nicolás Maquiavelo, Storia d´Italia (Historia de Italia, 1561-1564) de Francesco Guicciardini y Methodus ad facilem historiarum cognitionem (Método para facilitar el conocimiento de la historia, 1566) de Jean Bodin (Bodino), estaban escritas desde un punto de vista secular del tiempo y con una actitud crítica hacia las fuentes históricas. La historia se convirtió en una rama de la literatura más que de la teología; los historiadores renacentistas rechazaron la división medieval cristiana de la historia, que se iniciaba con
La idea renacentista del humanismo supuso otra ruptura cultural con la tradición medieval. Según el profesor estadounidense Paul Oscar Kristeller, este término, frecuentemente mal interpretado, significa la tendencia general del renacimiento a “conceder la mayor importancia a los estudios clásicos y a considerar la antigüedad clásica como la pauta común y el modelo a seguir en toda la actividad cultural”. Se estudiaron los textos clásicos y se enjuiciaron por sus propios valores; desde este momento ya no se utilizarían más para embellecer y justificar la civilización cristiana. El gran interés por la antigüedad tuvo su expresión en la febril y fructífera búsqueda de manuscritos clásicos; se redescubrieron los Diálogos de Platón, los textos históricos de Heródoto y Tucídides, las obras de los dramaturgos y poetas griegos, así como de los padres de
La perfección del cuerpo humano mediante el entrenamiento físico, ideal que raramente se conoció en la edad media, se convirtió en uno de los objetivos de la educación renacentista. Los estudios humanísticos, junto a los grandes logros artísticos de la época, fueron fomentados y apoyados económicamente por grandes familias como los Medici en Florencia, los Este en Ferrara, los Sforza en Milán, los Gonzaga en Mantua, los duques de Urbino, los dogos en Venecia y el Papado en Roma.
El pol
tico y banquero italiano Lorenzo el Magnífico de Medici fue un influyente mecenas de las humanidades en el renacimiento. El propio Lorenzo fue poeta, construyó bibliotecas en Florencia y patrocinó a artistas y literatos, tales como los pintores Miguel Ángel y Botticelli y el poeta y humanista Angelo Poliziano.
Las artes
La recuperación y estudio de los clásicos originó la aparición de nuevas disciplinas —filología clásica, arqueología, numismática y epigrafía— y afectó críticamente al desarrollo de las ya existentes. En el campo de las bellas artes la ruptura decisiva con la tradición medieval tuvo lugar en Florencia en torno a 1420, cuando el arte renacentista alcanzó el concepto científico de perspectiva lineal que hizo posible representar el espacio tridimensional de forma convincente en una superficie plana. Las obras del arquitecto Filippo Brunelleschi y del pintor Masaccio son deslumbrantes ejemplos del uso de esta técnica.
Donatello, considerado fundador de la escultura moderna, esculpió una estatua de David, primer desnudo a tamaño natural desde la antigüedad. Desde mediados del siglo XV, las formas y temas clásicos volvieron a ser utilizados: los motivos mitológicos tomados de las fuentes literarias adornaron palacios, paredes, mobiliarios y vajillas; Pisanello retomó la antigua costumbre de acuñar medallas para conmemorar a eminentes figuras, como el político florentino Cosme de Medici; Piero della Francesca, Andrea Mantegna y Sandro Botticelli pintaron retratos de personajes de la nobleza, resaltando sus características individuales. Los ideales renacentistas de armonía y proporción culminaron en las obras de Rafael, Leonardo da Vinci y Miguel Ángel durante el siglo XVI.
Filippo Brunelleschi (1377-1446), artista italiano, uno de los maestros fundamentales de la transición hacia el renacimiento. Sus aportaciones, como la recuperación de los motivos clásicos y la capacidad para trasladar a sus obras las leyes matemáticas de la proporción y la perspectiva, le convirtieron en el primer arquitecto de la edad moderna.
Brunelleschi nació en Florencia en 1377, hijo de un notario de alto rango que le proporcionó una sólida educación humanística, basada en las siete artes liberales. Más tarde, su vocación artística le impulsó a ingresar en un prestigioso taller florentino de orfebrería, donde alcanzó el grado de maestro en 1393. Pero su formación autodidacta como arquitecto fue posible gracias a una original combinación de conocimientos científicos y tradición artesanal.
En 1401 participó en el famoso concurso para el diseño de las segundas puertas de bronce del baptisterio de su ciudad, realizadas por Lorenzo Ghiberti, con quien no quiso colaborar a pesar de empatar en el primer puesto. Más tarde, después de viajar a Roma con Donatello para estudiar la escultura clásica, se dedicó en exclusiva a la arquitectura. En 1418 volvió a compartir con Ghiberti el premio del concurso para la construcción, de acuerdo al proyecto de 1387, de la cúpula del Duomo, la catedral gótica de Florencia. Aunque el encargo fue conjunto, la responsabilidad de la obra fue siempre de Brunelleschi, que en 1426 asumió la dirección de obras en solitario. Su trabajo, concluido en 1432, es un prodigio de ingeniería no sólo por su audacia y precisión, sino también por el estudio detallado de cada fase constructiva y los medios auxiliares. El problema que suponía una cúpula de tales dimensiones (
En otros edificios florentinos, como el hospital de los Inocentes (1419-1444) y la iglesia de San Lorenzo (1421-1428), Brunelleschi perfeccionó su estilo austero y geométrico, inspirado en la antigua Roma y completamente diferente del gótico florido que prevalecía en su época. Su característica principal consistía en el predominio de las proporciones matemáticas, marcado por un orden espacial modular, basado en las formas cúbicas, con nervios ortogonales, líneas rectas y planos lisos. Esta arquitectura austera se convirtió con su rigor geométrico en un paradigma para la mayoría de los edificios posteriores del renacimiento florentino.
Hacia el final de su carrera, sobre todo en edificios como la inacabada iglesia de Santa Maria degli Angeli (comenzada en 1434), la basílica del Santo Spirito (comenzada en 1436) y la capilla Pazzi (comenzada en 1441), todos ellos en Florencia, evolucionó desde su primer estilo lineal para adoptar otro más escultórico. En el segundo de los ejemplos citados, por ejemplo, el edificio es un objeto perfecto y completo, con un interior compuesto por muros que alternan con profundos nichos, abiertos hacia un espacio interior octogonal. Esta tipología de iglesia centralizada, con su espacio racionalista y sus rítmicos contrastes entre vacíos y llenos, se convirtió en el paradigma de la arquitectura humanista y fue el primer paso hacia el renacimiento tardío de Miguel Ángel, que a su vez inspiró a los arquitectos barrocos. En sus últimas obras, la linterna de la cúpula y las exedras de la catedral de Florencia, Brunelleschi estableció casi todas las formas ornamentales del arte clasicista, entre ellas la invención de la voluta (una ménsula romana invertida) como contrafuerte.
Brunelleschi también fue un artista innovador en otras disciplinas. Junto con el pintor Masaccio, fue el primer maestro renacentista que recopiló las leyes geométricas de la perspectiva. Además de la influencia de esta nueva ciencia en la forma de proyectar la arquitectura, realizó dos pinturas siguiendo sus leyes, quizá entre 1415 y 1420, y también se cree que pintó el fondo arquitectónico de una de las obras primitivas de Masaccio.
La influencia de Brunelleschi fue enorme entre sus contemporáneos y sus sucesores inmediatos, como Michelozzo, Donatello o el propio Ghiberti, e incluso ha llegado hasta el siglo XX, dado que los críticos modernos le han destacado como el primer arquitecto racionalista. En su tiempo ya fue considerado como una de las figuras más decisivas del renacimiento italiano, el gran genio que reformó el arte medieval y definió el nuevo orden interno y el lenguaje arquitectónico. Murió en Florencia en 1446.
El sacrificio de Isaac (1401-1402) es el bajorrelieve de bronce con el que Brunelleschi participó en el concurso para realizar las puertas del baptisterio de la catedral de Florencia, que ganó su rival Ghiberti.
Catedral de Florencia La obra cumbre de Brunelleschi fue el proyecto y construcción de la cúpula de la catedral de Florencia (1420-1436). Sus bellas proporciones y su novedoso sistema estructural están inspirados en la arquitectura de la antigua Roma.
Masaccio (1401-c. 1427), el primer gran pintor del renacimiento italiano cuyas innovaciones en el empleo de la perspectiva científica abrieron el periodo de la pintura moderna.
Sólo sobreviven cuatro obras atribuidas con certeza a Masaccio, si bien se le han atribuido otras pinturas total o parcialmente. Todas sus obras, retablos o frescos de iglesias, se centran en el tema religioso. La más temprana,
La obra de Masaccio ejerció una profunda influencia en la evolución del arte florentino posterior, en especial en la obra de Miguel Ángel.
Donatello (1386-1466), su verdadero nombre era Donato di Niccolò di Betto Bardi. Generalmente se le considera como el escultor más original del renacimiento italiano y uno de los artistas más importantes de ese periodo.
Donatello nació en Florencia y era hijo de un cardador de lana. A la edad de 17 años fue ayudante de Lorenzo Ghiberti en la construcción y ornamentación de las famosas puertas de bronce del baptisterio de San Juan de Florencia. Más adelante también trabajó en colaboración con Filippo Brunelleschi, con quien parece que fue a Roma para estudiar los monumentos de la antigüedad clásica.
Su carrera artística puede dividirse en tres periodos. El primero, el periodo de formación, abarca hasta el año 1425, y en él su obra presenta influencias de la escultura gótica, aunque también revela tendencias clásicas y realistas; entre las esculturas de este periodo destacan las estatuas de San Marcos (1411-1412, iglesia de Orsanmichele, Florencia), San Jorge (1415-1417, Bargello, Florencia), San Juan Evangelista (1413-1415, Opera del Duomo, Florencia) y Josué (1418, campanile de la catedral de Florencia).
El segundo periodo (1425-1443) suele caracterizarse por utilizar modelos y principios escultóricos de la antigüedad clásica. Entre 1425 y 1435 Donatello trabajó con el escultor y arquitecto florentino Michelozzo en varios proyectos, entre los que se encuentra el monumento dedicado a Bartolomeo Aragazzi (catedral de Montepulciano); en este trabajo conjunto Michelozzo se ocupaba de los diseños arquitectónicos y ayudaba en el vaciado de los bronces a Donatello, que realizó la mayor parte de las esculturas. Entre 1430 y 1433 Donatello pasó algunas temporadas en Roma, donde creó varias obras, de las que la más notable es el cáliz de la sacristía de la basílica de San Pedro, decorado con los relieves de La adoración de los ángeles y El entierro de Cristo. Sin embargo, fue en Florencia donde creó la obra más notable de este periodo, su David en bronce (c. 1430-1435, Bargello), primer desnudo exento de la escultura renacentista.
En el tercer periodo, el de su culminación, Donatello se alejó de la influencia clásica y puso mayor énfasis en el realismo y en el dramatismo de la acción. Ejemplos notables de la escultura de esta época son Los milagros de san Antonio (San Antonio, Padua); El Gattamelata (en la plaza que está delante de la basílica de San Antonio), primera estatua ecuestre ejecutada a tamaño natural, en bronce, desde la antigüedad, y Judith y Holofernes (Piazza della Signoria, Florencia).
Las obras de Donatello influyeron en la escultura de Florencia y del norte de Italia durante el siglo XV. Representó también un impulso importante en el desarrollo realista de la pintura italiana, sobre todo en la obra del gran artista de Padua Andrea Mantegna. Donatello tuvo muchos discípulos, entre los que destacó Desiderio da Settignano.
El David (1430-1435) en bronce de Donatello es la primera escultura renacentista de un desnudo y marca un alejamiento de la rígida verticalidad característica de la escultura gótica.
Miguel Ángel o Michelangelo Buonarroti (1475-1564), uno de los mayores creadores de toda la historia del arte y, junto con Leonardo da Vinci, la figura más destacada del renacimiento italiano. En su condición de arquitecto, escultor, pintor y poeta ejerció una enorme influencia tanto en sus contemporáneos como en todo el arte occidental posterior a su época.
Nació el 6 de marzo de 1475 en el pequeño pueblo de Caprese, cerca de Arezzo, aunque, en esencia, fue un florentino que mantuvo a lo largo de toda su vida unos profundos lazos con Florencia, su arte y su cultura. Pasó gran parte de su madurez en Roma trabajando en encargos de los sucesivos papas; sin embargo, siempre se preocupó de dejar instrucciones oportunas para ser enterrado en Florencia, como así fue; su cuerpo descansa en la iglesia de
PRIMERA JUVENTUD EN FLORENCIA
El padre de Miguel Ángel, Ludovico Buonarroti, oficial florentino al servicio de la familia Medici, colocó a su hijo, con tan sólo 13 años de edad, en el taller del pintor Domenico Ghirlandaio. Dos años después se sintió atraído por las esculturas del jardín de San Marcos, lugar al que acudía con frecuencia para estudiar las piezas antiguas de la colección de los Medici. Invitado a las reuniones y tertulias que Lorenzo el Magnífico organizaba en el palacio de los Medici con otros artistas, Miguel Ángel tuvo la oportunidad de conversar con los miembros más jóvenes de la poderosa familia, dos de los cuales posteriormente llegaron a ser papas (León X y Clemente VII); conoció también a humanistas de la talla de Marsilio Ficino y a poetas como Angelo Poliziano, habituales visitantes del palacio. Por entonces Miguel Ángel, que contaba con 16 años de edad, ya había realizado al menos dos esculturas en relieve, el Combate de los lapitas y los centauros y
Primera estancia en roma
Más tarde, Miguel Ángel viajó a Roma, ciudad en la que podía estudiar y examinar las ruinas y estatuas de la antigüedad clásica que por entonces se estaban descubriendo. Poco después realizó su primera escultura a gran escala, el monumental Baco (1496-1498, Museo del Barguello, Florencia), uno de los pocos ejemplos de tema pagano realizados por el maestro, muy ensalzado en
Primer retorno a Florencia
El punto culminante del estilo de juventud de Miguel Ángel viene marcado por la gigantesca (
Paralelamente a su trabajo como escultor, Miguel Ángel tuvo la oportunidad de demostrar su pericia y habilidad como pintor al encomendársele un fresco para el salón de los Quinientos del Palazzo Vecchio, La batalla de Cascina, frente a otro encargado a Leonardo sobre
El David (1501-1504), una de las obras más conocidas de Miguel Ángel, es una escultura en mármol de
La bóveda de la capilla Sixtina
En 1505, Miguel Ángel interrumpió su trabajo en Florencia al ser llamado a Roma por el papa Julio II para realizar dos encargos. El más importante de ellos fue la decoración al fresco de la bóveda de
Con anterioridad a la bóveda de
Según
La biblioteca laureciana
Pese a que el proyecto para la tumba de Julio II había requerido una planificación arquitectónica, la actividad de Miguel Ángel como arquitecto no comenzó de hecho hasta 1519, cuando diseñó la fachada (nunca realizada) de la iglesia de San Lorenzo en Florencia, ciudad a la que había regresado tras su estancia en Roma. Durante la década de 1520 diseñó también la biblioteca Laurenciana (sala de lectura y vestíbulo con la escalinata de acceso), anexa a la citada iglesia, aunque los trabajos no finalizaron hasta varias décadas después. Miguel Ángel tomó como punto de referencia el tipo de articulación de muros desarrollado por sus predecesores florentinos, pero infundiendo en ella la misma fuerza y energía que caracterizó su escultura y su pintura. En lugar de seguir con fidelidad los cánones clásicos estipulados por griegos y romanos, Miguel Ángel utilizó estos motivos —columnas, frontones, ménsulas— de manera más personal y expresiva.
TUMBAS DE LOS MEDICI
También durante esta larga etapa de residencia en Florencia, Miguel Ángel emprendió —entre 1519 y 1534— el encargo de hacer las tumbas de los Medici en la sacristía Nueva de San Lorenzo. La sacristía, con cubierta cupuliforme sobre pechinas, acoge en dos de sus muros los sepulcros a modo de fachada o retablo en los que dispone ventanas cegadas, enmarcando la calle central donde va el sarcófago con las esculturas alegóricas y los retratos monumentales de los allí enterrados. Una de las tumbas se destinó a Lorenzo II de Medici, duque de Urbino (1492-1519); la otra a Giuliano de Medici, duque de Nemour (1479-1515). Ambas se concibieron como representación de dos actitudes yuxtapuestas: la de Lorenzo, contemplativa, introspectiva; la de Giuliano, activa, extrovertida. Dispuso también sobre ellas magníficas figuras desnudas personificando a
El juicio final
Ya en Roma, Miguel Ángel comenzó a trabajar en 1536 en el fresco del Juicio Final para decorar la pared situada tras el altar de
A finales de la década de 1970 comenzaron los trabajos de restauración de los frescos de
Pese a que durante la década de 1540 recibió también el encargo de decorar al fresco
Miguel Ángel pintó el Juicio Final (1536-1541) en la pared del altar de
EL CAPITOLIO
Entre 1538 y 1539 se iniciaron las obras de remodelación de los edificios en torno a la plaza del Capitolio (Campidoglio), sobre la colina del mismo nombre, corazón político y social de la ciudad de Roma. Lo concibió como un espacio ovalado y en su centro colocó la antigua estatua ecuestre en bronce del emperador Marco Aurelio. En torno a ella dispuso el Palazzo dei Conservatori y el Museo Capitolino, así como también el Palazzo del Senatori, dando al conjunto una nueva uniformidad constructiva acorde con la monumentalidad propia de la antigua Roma.
La obra cumbre de Miguel Ángel como arquitecto fue la basílica de San Pedro, con su impresionante cúpula. La dirección de las obras, iniciadas por Donato Bramante y continuadas, entre otros, por Antonio Sangallo el Joven y Rafael, le fueron encomendadas por el Papa en 1546. Siguiendo el esquema de Bramante, Miguel Ángel diseñó un templo de planta de cruz griega coronado por una espaciosa y monumental cúpula sobre pechinas de
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