martes, 26 de agosto de 2008

EL COMUNISMO


Comunismo

El comunismo puede ser entendido de varias maneras, que han cambiado y se han diversificado a lo largo de la historia:
Es un movimiento político cuyos principales objetivos son el establecimiento de una sociedad sin clases sociales, basado en la propiedad social de los medios de producción, la abolición de la propiedad privada de los mismos, y busca llevar a la clase trabajadora al poder, logrando así la abolición del estado al asumir la clase trabajadora todas sus funciones;
A esta sociedad sin clases, que se tiene como ideal y fin último, se la llama comunismo;
Existen, por último, doctrinas teóricas no marxistas también denominadas comunistas.
En su uso más común, la palabra comunismo, se refiere a la filosofía política derivada de las obras e ideas de Karl Marx y otros teóricos, principalmente Friedrich Engels, Rosa Luxemburgo, Vladímir Lenin, León Trotsky y Antonio Gramsci, entre otros. Una de las principales obras teóricas de esta corriente política es el Manifiesto comunista, de Marx y Engels. Estas obras fueron un punto de partida para la mayor parte del pensamiento comunista, que se entiende como su continuación.
Las principales características del modelo de sociedad comunal propuesto en las obras de Marx y Engels, al cual se llama comunismo, son:
la abolición de las clases sociales;
la satisfacción de las necesidades de todas las personas;
la abolición de la propiedad privada de los medios de producción
la extinción del estado al asumir el pueblo todas sus funciones.
Para llegar a tal estado Marx propone un estado de transición en el cual los proletarios tomarían el poder para abolir la propiedad privada de los medios de producción, y cambiar la orientación de la economía capitalista hacia una que esté centralmente planificada, de tal manera que se provean todas las necesidades de la población. Marx entiende que, al proveerse todas las necesidades de la población, dejarían de existir las clases sociales y, por lo tanto, la necesidad de un Estado que vigile a la clase trabajadora.
Algunas vertientes del socialismo, y del comunismo, identificadas como anarquistas, defienden la abolición inmediata del Estado. Las divisiones entre estas dos corrientes del pensamiento político se volvieron más claras cuando la Primera Internacional terminó como resultado de una escisión entre marxistas (que acreditaban la necesidad de tomar el poder para realizar una revolución), y los bakuninistas (que afirmaban que no habría revolución a menos que el Estado y el capitalismo fueran abolidos al mismo tiempo).


Marx consideraba que solamente en una sociedad sin clases dejaría de existir lo que él llamó la explotación del hombre por el hombre. Consideraba además que solamente la clase trabajadora era productora de plusvalía, principalmente
Los de la industria, y que solamente, mediante una lucha política consciente, podría terminar con el capitalismo. El objetivo de ésta revolución sería acabar con el estado como un instrumento político para la existencia de las clases.
La palabra comunismo apareció por primera vez en la prensa en 1827 cuando Robert Owen hiciera referencia a “Socialistas” y “Comunistas”. Según él, aquéllos consideraban el capital “común” más benéfico que el capital “privado”. Las palabras “comunismo” y “socialismo” fueron usadas como sinónimos durante todo el Siglo XIX, hasta que Vladímir Lenin le diera a la palabra su definición más actual. De acuerdo a su teoría, el socialismo sería una fase de transición entre el capitalismo y el comunismo.
Orígenes y fuentes históricas del comunismo
El comunismo como tradición política e ideológica surge durante el gobierno del Directorio (1795-1799) en la Francia revolucionaria. Es durante este gobierno de tinte reaccionario que Babeuf llevara a cabo la "Conspiración de los Iguales", la primera acción revolucionaria llevada a cabo en nombre de una ideología comunista. El babeuvismo proponía la eliminación de la propiedad privada, la instauración de la propiedad comunitaria para asegurar la única y verdadera igualdad, no solo política, sino también económica. El movimiento claro está fue salvajemente reprimido, si bien su pensamiento resistirá el paso del tiempo y engendrará la mayoría de los comunismos posteriores
Las ideas comunistas prosiguieron su desarrollo partir del llamado socialismo utópico, cuyos principales exponentes son Robert Owen, Charles Fourier y Saint-Simón.
Robert Owen fue el primer autor en considerar que el valor de los productos debía medirse con base al trabajo incorporado a ellos, y no al valor en dinero que se les atribuye. Charles Fourier fue el primero en proponer la abolición del capitalismo para la formación de una sociedad comunista. Y el Conde de Saint-Simón consideró que la nueva sociedad debía estar planificada para atender las necesidades de los pobres. Estos autores propusieron la transición hacia nuevas sociedades a través de comunidades rurales autosuficientes por el trabajo de voluntarios; sin embargo, no consideraban que la sociedad capitalista estuviera compuesta por clases sociales antagónicas.


Teorías corrientes del Comunismo y Marxismo o Socialismo Científico
La definición de comunismo puede realizarse desde los enfoques ideológico-filosófico, político y económico, en lo que este aspecto afecta al desarrollo y la evolución de las sociedades humanas.
Esta ideología, en sus facetas de teoría política y de movimiento político y social, se define a sí misma principalmente a través de tres rasgos:
La utilización de un método científico como herramienta o instrumento eficaz para realizar un análisis preciso de la realidad social y política. Se debe señalar que, según Marx, la situación económica de una persona es determinante (aunque no de manera absoluta, por lo que sería más apropiado señalar que es muy influyente) para el pensamiento de esa persona, la infraestructura económica es determinante para la superestructura ideológica.
Como segunda cuestión está la contradicción permanente entre el trabajo y el capital que se da en el capitalismo, es decir, entre la clase trabajadora (fuerza de trabajo) y la burguesía. Esto da origen a la lucha de clases (como motor de la historia), razón de ser del comunismo como fuerza superadora de un sistema en donde la explotación del trabajo por el capital, compréndase, por los burguses, es su principal caracteristica: el capitalista en sus diferentes expresiones, por ejemplo el imperialismo.
Un tercer aspecto lo constituye la continua evolución del pensamiento marxista, y su adaptación a la realidad social y política en cada momento.
Basado en la dialéctica de Hegel, Marx concibió la resolución de la lucha de clases mediante una síntesis superadora de los contrarios, que daría luz a la nueva sociedad cuando la contradicción entre la acumulación de riqueza y la imposibilidad de que muchos disfrutaran de ella, llegara a un punto insostenible. La sociedad igualitaria sólo podía realizarse cuando las tensiones internas del capitalismo alcanzaran su máximo desarrollo. Marx esperaba por eso que la revolución comunista estallara en los países más avanzados, especialmente en Inglaterra, cuna de la Revolución Industrial. El hecho de que finalmente la revolución haya ocurrido en el país más atrasado de Europa, Rusia, radica en la teoría del desarrollo desigual y combinado y la nueva etapa del capitalismo, el imperialismo.
En la teoría marxista, el comunismo debía ser una etapa posterior al socialismo. La toma del poder por el proletariado y su consiguiente gobierno (llamado "dictadura del proletariado", aunque el término "dictadura", traducido del alemán en realidad denota "hegemonía") no garantizaba de entrada una distribución igualitaria de las riquezas, sino únicamente la garantía de que la clase dominante derrocada no accedería al poder nuevamente mediante maniobras políticas o militares. De esta manera, el comunismo llegaría cuando el proletariado lograra multiplicar los medios de producción y finalmente extinguirse el Estado. La primera etapa era pues la de socializar tales medios y entregar la administración de la riqueza al Estado Obrero, cuyo tamaño e influencia política disminuiría con el tiempo.


Marx consideraba deseable que la transición se hiciera con el mínimo de violencia. Definía la violencia como "partera de la historia", es decir, como la fuerza necesaria y aleatoria para lubricar un proceso casi inevitable. Por otra

parte, creía que una vez desencadenada en un país, la revolución debía extenderse rápidamente a otros, debido a la existencia de un mercado mundial en el que circulaban los productos terminados y las materias primas.
El marxismo criticó severamente a los socialistas de su época, a los que atribuía finalidades meramente reformistas. La polémica entre socialistas y

Comunistas marcó las primeras décadas del siglo XX en el movimiento obrero europeo.
Karl Marx desarrolló un sistema explicativo para el análisis económico e histórico de las sociedades humanas conocido como materialismo histórico, éste sistema entiende la historia de la humanidad como una constante lucha entre clases a partir de un original estado de comunismo primitivo. Esta lucha de clases eventualmente termina por producir transformaciones en las sociedades hacia nuevos tipos de sociedad. Según la teoría marxista, las clases dominadas son las que determinan el fin de las sociedades establecidas, y dan lugar a las que les suceden.
El materialismo histórico se caracteriza por explicar la realidad social e histórica en términos puramente económicos, sobre todo por dar una explicación económica a la acumulación del capital por parte de las clases dominantes: la plusvalía.
Al contrario de sus predecesores y muchos de sus críticos actuales, Marx no consideraba al comunismo un ideal, producido por intelectuales, sino un movimiento real que estaba inmerso en la mecánica económica e histórica de las sociedades.

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