Humanismo, en filosofía, actitud que hace hincapié en la dignidad y el valor de la persona. Uno de sus principios básicos es que las personas son seres racionales que poseen en sí mismas capacidad para hallar la verdad y practicar el bien. El término humanismo se usa con gran frecuencia para describir el movimiento literario y cultural que se extendió por Europa durante los siglos XIV y XV. Este renacimiento de los estudios griegos y romanos subrayaba el valor que tiene lo clásico por sí mismo, más que por su importancia en el marco del cristianismo.
El movimiento humanista comenzó en Italia, donde los escritores de finales de la edad media Dante, Giovanni Boccaccio y Francesco de Petrarca contribuyeron en gran medida al descubrimiento y a la conservación de las obras clásicas. Los ideales humanistas fueron expresados con fuerza por otro estudioso italiano, Giovanni Pico della Mirándola, en su Oración, obra que trata sobre la dignidad del ser humano. El movimiento avanzó aún más por la influencia de los estudiosos bizantinos llegados a Roma después de la caída de Constantinopla a manos de los turcos en 1453, y por la creación de
La recopilación y traducción de manuscritos clásicos se generalizó, de modo muy significativo entre el alto clero y la nobleza. La invención de la imprenta de tipos móviles, a mediados del siglo XV, otorgó un nuevo impulso al humanismo mediante la difusión de ediciones de los clásicos. Aunque en Italia el humanismo se desarrolló sobre todo en campos como la literatura y el arte, en Europa central, donde fue introducido por los estudiosos alemanes Johannes Reuchlin y Philip Melanchthon, el movimiento penetró en ámbitos como la teología y la educación, con lo que se convirtió en una de las principales causas subyacentes de
Uno de los estudiosos más importantes en la introducción del humanismo en Francia fue Erasmo de Rotterdam, que también desempeñó un papel principal en su difusión por Inglaterra. Allí, el humanismo fue divulgado en
Después de la edad media, el liberalismo se expresó quizá por primera vez en Europa bajo la forma del humanismo, que reorientaba el pensamiento del siglo XV para el que el mundo (y el orden social), emanaba de la voluntad divina. En su lugar, se tomaron en consideración las condiciones y potencialidad de los seres humanos. El humanismo se desarrolló aún más con la invención de la imprenta que incrementó el acceso de las personas al conocimiento de los clásicos griegos y romanos. La publicación de versiones en lenguas vernáculas de
Según avanzaba el proceso de transformación social, los objetivos y preocupaciones del liberalismo evolucionaron. Pervivió, sin embargo, una filosofía social humanista que buscaba el desarrollo de las oportunidades de los seres humanos, y así también las alternativas sociales, políticas y económicas para la expresión personal a través de la eliminación de los obstáculos a la libertad individual.
Imprenta, nombre utilizado para designar diferentes procesos para reproducir palabras, imágenes o dibujos sobre papel, tejido, metal y otros materiales. Estos procesos, que a veces reciben el nombre de artes gráficas, consisten en esencia en obtener muchas reproducciones idénticas de un original por medios mecánicos, por lo que el libro impreso ha sido bautizado como el primer producto en serie.
La historia de la imprenta, que por su propia naturaleza es la mejor documentada de todas las historias, es prácticamente idéntica a la de la impresión en relieve, o impresión tipográfica (impresión desde una superficie elevada). Históricamente, la mayor parte de la obra impresa se ha producido con este método totalmente mecánico. Sin embargo, las técnicas de impresión modernas cada vez se basan más en los procesos de tipo fotomecánico y químico.
Impresión en offset El operador recibe una página terminada procedente de una imprenta offset de seis colores. La impresión offset, o litografía, es la técnica de impresión más utilizada en la fabricación de libros, revistas y periódicos.
La utilización de las piedras para sellar quizá sea la forma más antigua conocida de impresión. De uso común en la antigüedad en Babilonia y otros muchos pueblos, como sustituto de la firma y como símbolo religioso, los artefactos estaban formados por sellos y tampones para imprimir sobre arcilla, o por piedras con dibujos tallados o grabados en la superficie. La piedra, engastada a menudo en un anillo, se coloreaba con pigmento o barro y se prensaba contra una superficie elástica y dúctil a fin de conseguir su impresión.
La evolución de la imprenta desde el método sencillo del tampón hasta el proceso de imprimir en prensa parece que se produjo de forma independiente en diferentes épocas y en distintos lugares del mundo. Los libros que se copiaban a mano con tinta aplicada con pluma o pincel constituyen una característica notable de las civilizaciones egipcia, griega y romana. Más tarde, el arte copista, muy desarrollado en los monasterios, alcanzó gran altura en
Impresión en oriente
Ya en el siglo II d.C. los chinos habían desarrollado e implantado con carácter general el arte de imprimir textos. Igual que con muchos inventos, no era del todo novedoso, ya que la impresión de dibujos e imágenes sobre tejidos le sacaba al menos un siglo de ventaja en China a la impresión de palabras.
Dos factores importantes que influyeron favorablemente en el desarrollo de la imprenta en China fueron la invención del papel en 105 d.C. y la difusión de la religión budista en China. Los materiales de escritura comunes del antiguo mundo occidental, el papiro y el pergamino, no resultaban apropiados para imprimir. El papiro era demasiado frágil como superficie de impresión y el pergamino, un tejido fino extraído de la piel de animales recién desollados, resultaba un material caro. El papel, por el contrario, es bastante resistente y económico. La práctica budista de confeccionar copias de las oraciones y los textos sagrados favorecieron los métodos mecánicos de reproducción.
Los primeros ejemplos conocidos de impresión china, producidos antes de 200 d.C., se obtuvieron a base de letras e imágenes talladas en relieve en bloques de madera. En 972 se imprimieron de esta forma los Tripitaka, los escritos sagrados budistas que constan de más de 130.000 páginas. Un inventor chino de esta época pasó de los bloques de madera al concepto de la impresión mediante tipos móviles, es decir, caracteres sueltos dispuestos en fila, igual que en las técnicas actuales. Sin embargo, dado que el idioma chino exige entre 2.000 y 40.000 caracteres diferentes, los antiguos chinos no consideraron útil dicha técnica, y abandonaron el invento. Los tipos móviles, fundidos en moldes, fueron inventados independientemente por los coreanos en el siglo XIV, pero también los consideraron menos útiles que la impresión tradicional a base de bloques.
Frontispicio del Vajracchedika Sutra El libro impreso más antiguo que se conoce es una traducción china del Vajracchedika Sutra (Sutra del Diamante), un texto budista, que se imprimió con bloques de madera en 868 d.C. Esta cubierta de dicho libro muestra una combinación de ilustraciones y texto. Las ilustraciones son obra de artistas anónimos.
Impresión en occidente
La primera fundición de tipos móviles de metal se realizó en Europa hacia mediados del siglo XV; se imprimía sobre papel con una prensa. El invento no parece guardar relación alguna con otros anteriores del Extremo Oriente: ambas técnicas se diferencian mucho en cuanto a los detalles. Mientras que los impresores orientales utilizaban tintas solubles en agua, los occidentales emplearon desde un principio tintas diluidas en aceites. En Oriente, las impresiones se conseguían sencillamente oprimiendo el papel con un trozo de madera contra el bloque entintado. Los primeros impresores occidentales en el valle del Rin utilizaban prensas mecánicas de madera cuyo diseño recordaba el de las prensas de vino. Los impresores orientales que utilizaron tipos móviles los mantenían unidos con barro o con varillas a través de los tipos.
Los impresores occidentales desarrollaron una técnica de fundición de tipos de tal precisión que se mantenían unidos por simple presión aplicada a los extremos del soporte de la página. Con este sistema, cualquier letra que sobresaliera una fracción de milímetro sobre las demás, podía hacer que las letras de su alrededor quedaran sin imprimir. El desarrollo de un método que permitiera fundir letras con dimensiones precisas constituye la contribución principal del invento occidental.
Antiguos tipos de impresión
En los primeros años de la imprenta, los tipos había que colocarlos manualmente. En primer lugar, el cajista componía palabras con los tipos, de izquierda a derecha, sobre un soporte denominado componedor (arriba). Después, el tipo se sujetaba en un marco metálico denominado rama (abajo a la derecha). El marco y el tipo juntos constituían la forma, que se colocaba en la prensa para su entintado e impresión. Para eliminar cualquier exceso de metal en la parte trasera de los tipos se utilizaba el cepillo para tipos (abajo a la izquierda) a fin de que todas las letras se imprimieran exactamente al mismo nivel.
Los fundamentos de la imprenta ya habían sido utilizados por los artesanos textiles europeos para estampar los tejidos, al menos un siglo antes de que se inventase la impresión sobre papel. El arte de la fabricación de papel, que llegó a Occidente durante el siglo XII, se extendió por toda Europa durante los siglos XIII y XIV. Hacia mediados del siglo XV, ya existía papel en grandes cantidades. Durante el renacimiento, el auge de una clase media próspera e ilustrada aumentó la demanda de materiales escritos. La figura de Martín Lutero y de
Johann Gutenberg, natural de Maguncia (Alemania), está considerado tradicionalmente como el inventor de la imprenta en Occidente. La fecha de dicho invento es el año 1450. Ciertos historiadores holandeses y franceses han atribuido este invento a paisanos suyos, aduciendo abundantes pruebas. Sin embargo, los libros del primer impresor de Maguncia, y en concreto el ejemplar conocido como
En el periodo comprendido entre 1450 y 1500 se imprimieron más de 6.000 obras diferentes. El número de imprentas aumentó rápidamente durante esos años. En Italia, por ejemplo, la primera imprenta se fundó en Venecia en 1469, y hacia 1500 la ciudad contaba ya con 417 imprentas. En 1476 se imprimió una gramática griega con tipografía totalmente griega en Milán y en Soncino se imprimió una biblia hebrea en 1488. En 1476 William Caxton llevó la imprenta a Inglaterra.
En España, Arnaldo de Brocar compuso, por iniciativa del cardenal Cisneros,
En 1539 Juan Pablos fundó una imprenta en
Los impresores del norte de Europa fabricaban sobre todo libros religiosos, como biblias, salterios y misales. Los impresores italianos, en cambio, componían sobre todo libros profanos, por ejemplo, los autores clásicos griegos y romanos redescubiertos recientemente, las historias de los escritores laicos italianos y las obras científicas de los eruditos renacentistas. Una de las primeras aplicaciones importantes de la imprenta fue la publicación de panfletos: en las luchas religiosas y políticas de los siglos XVI y XVII, los panfletos circularon de manera profusa. La producción de estos materiales ocupaba en gran medida a los impresores de la época. Los panfletos tuvieron también una gran difusión en las colonias españolas de América en la segunda mitad del siglo XVIII.
Prensa de impresión antigua Las primeras prensas de impresión (como la que se muestra en la ilustración) utilizaban un mecanismo helicoidal para aplicar presión a la rama de impresión. Tenían sus orígenes en las prensas de los agricultores para obtener aceite de oliva. En comparación con las prensas actuales, aquellas máquinas eran lentas y sólo producían unas 250 copias a la hora.
La máquina que se utiliza para transferir la tinta desde la plancha de impresión a la página impresa se denomina prensa. Las primeras prensas de imprimir, como las del siglo XVI e incluso anteriores, eran de tornillo, pensadas para transmitir una cierta presión al elemento impresor o molde, que se colocaba hacia arriba sobre una superficie plana. El papel, por lo general humedecido, se presionaba contra los tipos con ayuda de la superficie móvil o platina. Las partes superiores de la imprenta frecuentemente iban sujetas al techo y una vez que el molde se había entintado, la platina se iba atornillando hacia abajo contra el mismo. La prensa iba equipada con raíles que permitían expulsar el molde, volviendo a su posición original, de modo que no fuera necesario levantar mucho la platina. Sin embargo, la operación resultaba lenta y trabajosa; estas prensas sólo producían unas 250 impresiones a la hora, y sólo imprimían una cara cada vez.
Perfeccionamiento de la imprenta La prensa de impresión de bobina continua, diseñada por Richard March Hoe, era capaz de producir miles de impresiones a doble cara en una hora. La prensa hacía pasar el papel desde una enorme bobina a través de varios cilindros giratorios y discurría por una cizalla especial, dando lugar a grandes páginas que se plegaban para formar el periódico.
En el siglo XVII se añadieron muelles a la prensa para ayudar a levantar rápidamente la platina. Hacia 1800 hicieron su aparición las prensas de hierro, y por aquellas mismas fechas se sustituyeron los tornillos por palancas para hacer descender la platina. Las palancas eran bastante complicadas; primero tenían que hacer bajar la platina lo máximo posible, y al final tenían que conseguir el contacto aplicando una presión considerable. Aunque las mejores prensas manuales de la época sólo producían unas 300 impresiones a la hora, las prensas de hierro permitían utilizar moldes mucho más grandes que los de madera, por lo que de cada impresión se podía obtener un número mucho mayor de páginas. La impresión de libros utilizaba cuatro, ocho, dieciséis y más páginas por pliego.
Durante el siglo XIX, las mejoras incluyeron el desarrollo de la prensa accionada por vapor; la prensa de cilindro, que utiliza un rodillo giratorio para prensar el papel contra una superficie plana; la rotativa, en la que tanto el papel como la plancha curva de impresión van montados sobre rodillos y la prensa de doble impresión, que imprime simultáneamente por ambas caras del papel. Los periódicos diarios de gran tirada exigen utilizar varias de estas prensas tirando al mismo tiempo el mismo producto. En 1863 el inventor norteamericano William A. Bullock patentó la primera prensa de periódicos alimentada por bobina, capaz de imprimir los periódicos en rollos en vez de hojas sueltas. En 1871 el impresor Richard March Hoe perfeccionó la prensa de papel continuo; su equipo producía 18.000 periódicos a la hora.
Ilustración de libros
Durante siglos, los dibujantes trabajaban en libros ilustrados a mano; con la llegada de la imprenta, los artistas grababan sus creaciones en madera o metal, lo cual permitía a los impresores renacentistas reproducir en sus imprentas tanto imágenes como textos. Entre los artistas famosos del renacimiento que produjeron ilustraciones para libros se hallan el italiano Andrea Mantegna y los alemanes Alberto Durero y Hans Holbein el Joven. La amplia reproducción de sus trabajos influyó de manera notable el desarrollo del arte renacentista.
De los ilustradores españoles cabe destacar, entre otros, a Pedro Pascual Moles y Manuel Salvador y Carmona, en el siglo XVIII, y ya a finales del siglo XIX, a Alejandro de Riquer i Anglada, dentro del modernismo.
TIPOS, PRENSAS DE ACERO Y MÁQUINAS TIPOGRÁFICAS
Hasta el siglo XIX se habían ido creando algunas tipografías de gran belleza y se había perfeccionado el oficio de la imprenta. Hacia 1800, sin embargo, los avances en el mundo de la impresión hicieron hincapié en aumentar la velocidad. El inventor británico Charles Stanhope, tercer conde de Stanhope, introdujo la primera prensa de imprimir construida totalmente de acero. En 1803, los hermanos Henry y Sealy Fourdrinier instalaron en Londres su primera máquina de fabricar papel; producía una bobina de papel continuo capaz de hacer frente a una demanda en constante crecimiento. Más tarde, en 1814, Friedrich König inventó la prensa accionada por vapor, revolucionando toda la industria de la impresión. En 1817, Francisco Xavier Mina, liberal español que organizó una expedición para apoyar la lucha de los patriotas mexicanos por su independencia, llevó a México la primera imprenta de acero, en la que imprimió sus periódicos y proclamas. Se considera la primera imprenta que hubo en el estado de Texas, entonces territorio de Nueva España. En la actualidad se encuentra en el Museo del Estado.
Las grandes ediciones que se publicaban aumentaron aún más en 1829 al aparecer los estereotipos, que permiten fabricar duplicados de planchas de impresión ya compuestas. En 1886 los equipos de composición se perfeccionaron, permitiendo reducir drásticamente el tiempo necesario para componer un libro en comparación con las labores manuales. Por último, la fotografía ha venido a contribuir al desarrollo de los modernos procesos de fotomecánica.
En la década de 1950 aparecieron las primeras máquinas de fotocomposición, que producían imágenes fotográficas de los tipos en vez de fundirlos en plomo. Estas imágenes se fotografían con una cámara de artes gráficas a fin de producir unos negativos en película que sirven para obtener las planchas litográficas. Los avances en la tecnología de planchas en las décadas de 1950 y 1960, junto con la fotocomposición, pusieron fin a un reinado de 500 años de la tipografía como principal proceso de impresión. La composición tipográfica con tipos de fundición prácticamente ha desaparecido, pero el huecograbado sigue utilizándose de forma habitual. La mayoría de las planchas en relieve se fabrican en la actualidad por procesos fotomecánicos directos.
Los ordenadores o computadoras que se utilizan hoy como máquinas de oficina pueden producir imágenes listas para impresión, reduciendo el tiempo y los costes de los principales procesos de imprenta. Las computadoras se utilizan de forma habitual para crear dibujos, definir tipos, digitalizar y retocar imágenes y fundir todos estos elementos en un único trozo de película o directamente sobre la plancha de imprimir.
Alberto Hurtado (1901-1952), eclesiástico y beato chileno, destacada figura religiosa de la primera mitad del siglo XX.
Alberto Hurtado Cruchaga nació el 22 de enero de 1901 en la ciudad de Viña del Mar. Estudió en el Colegio San Ignacio (Santiago), institución jesuítica en la que tuvo como profesor y director espiritual a Fernando Vives Solar, religioso de profunda sensibilidad social que le marcaría una profunda huella. Más tarde cursó estudios de Derecho en
Falleció el 18 de agosto de 1952. En junio de 1977 se inició oficialmente el proceso para obtener su beatificación. En diciembre de 1993, el papa Juan Pablo II aprobó el informe sobre dicha causa y el 16 de octubre de 1994 se produjo su ceremonia de beatificación. A continuación comenzó su causa de canonización.
Giovanni Boccaccio (1313-1375), poeta y humanista italiano, uno de los más grandes escritores de todos los tiempos.
Boccaccio probablemente nació en París aunque sea un hecho muy discutido, hijo ilegítimo de un comerciante florentino y una noble francesa. Criado en Florencia, fue enviado a estudiar el arte del comercio a Nápoles, hacia el 1323. Abandonó la contabilidad por el Derecho Canónico y éste por los estudios clásicos y científicos. Formó parte de la corte de Roberto de Anjou, rey de Nápoles. Se suponía que el rey tenía una hija ilegítima, Maria dei Conti d’Aquino. Aunque no se han encontrado pruebas concluyentes de su existencia, se ha dicho que fue amante de Boccaccio y que inspiró gran parte de su obra. Puede incluso que sea
A su regreso a Florencia, hacia 1340, Boccaccio desempeñó varios cargos diplomáticos con el gobierno de la ciudad, y en 1350 conoció al gran poeta y humanista Petrarca, con el que mantuvo una estrecha amistad hasta la muerte de Petrarca en 1374. En 1362, un amigo invitó a Boccaccio para que fuera a Nápoles, prometiéndole el patronazgo de la reina Juana. Una fría recepción por parte de la corte de la reina le llevó a buscar la hospitalidad de Petrarca, que entonces estaba en Venecia (1363). Sin embargo, rechazó la oferta que le hizo Petrarca de una casa y regresó a su propiedad de Certaldo (cerca de Florencia). Los años finales de Boccaccio, en los que se dedicó a la meditación religiosa, tuvieron la alegría de su nombramiento en 1373 como lector oficial de Dante. Su serie de lecturas quedó interrumpida por una enfermedad en 1374, y murió el año siguiente.
La obra más importante de Boccaccio es El Decamerón, que empezó en 1348 y terminó en 1353. Esta colección de cien relatos ingeniosos, alegres, se desarrolla en un marco concreto: un grupo de amigos “educados, afortunados y discretos”, siete mujeres y tres hombres, para escapar a un brote de peste se refugian en una villa de las afueras de Florencia. Allí se entretienen unos a otros durante un periodo de diez días (de ahí el título) con una serie de relatos contados por cada uno de ellos por turno. El relato de cada día termina con una canción, una canción para bailar entonada por uno de los narradores; estas canciones representan algunas de las muestras más exquisitas de la poesía lírica de Boccaccio. Al terminar el cuento número cien, los amigos vuelven a sus casas de la ciudad. El Decamerón es la primera obra plenamente renacentista ya que se ocupa sólo de aspectos humanos y sin hacer mención a temas religiosos y teológicos. Es notable por la riqueza y variedad de los cuentos, que alternan entre la solemnidad y el humor; por la brillantez de su escritura, y por su penetrante análisis de los personajes. En esta obra Boccaccio reunió material de muchas fuentes: fabliaux franceses, clásicos griegos y latinos, relatos populares y observaciones de la vida italiana de su época. El Decamerón rompió con la tradición literaria y, por primera vez en la edad media, Boccaccio presentó al hombre como artífice de su destino, más que como un ser a merced de la gracia divina.
Entre los otros escritos de Boccaccio se cuentan tres obras que se cree fueron inspiradas por Fiammetta: su primer y extenso romance en prosa Il Filocolo (1336), Elegía de Madonna Fiammetta (1343-1344) —las dos referidas a amantes desdeñados— e Il Corbaccio (1354). Su Filostrato (1338) y
De El Decamerón se conservan en España dos traducciones anónimas del siglo XV: una en catalán, atribuida a un monje del monasterio de San Cugat del Vallés, de 1429, y otra en castellano, más o menos de la misma época, de la que sólo se conservan unos cincuenta cuentos. Se supone que esta versión sirvió de modelo para la edición sevillana de 1496 que apareció con el nombre de Las cien novelas de Juan Bocacio.
Francesco Petrarca (1304-1374), poeta y humanista italiano, considerado el primero y uno de los más importantes poetas líricos modernos. Su perfeccionamiento del soneto influyó en numerosos poetas posteriores, desde los españoles Garcilaso de
VIDA
Petrarca, de nombre completo Francesco Petrarca, nació el 20 de julio de 1304 en Arezzo. Cuando tenía ocho años, su familia se trasladó de Toscana a Aviñón (Francia). En 1326, tras la muerte de su padre, Petrarca, que había estado estudiando Leyes en
Durante su vida, transcurrida principalmente al servicio de
OBRA
Petrarca escribió en latín e italiano. Entre sus obras en latín destacan África (1338-1342), un poema épico sobre el conquistador romano clásico Escipión el africano, y De viris illustribus (hacia 1338), una serie de biografías de personajes ilustres. También en latín escribió églogas y epístolas en verso, el diálogo Secretum (1343), y el tratado De vita solitaria (1346-1356), en el cual defendía una “vida solitaria”, dedicada a la naturaleza, el estudio y la oración. Su amplia colección de cartas ha resultado muy útil por la cantidad de detalles históricos y biográficos que contienen.
La más famosa de sus obras es una colección de poemas en italiano titulada Rime in vita e morta di Madonna Laura (posterior a 1327), y que después fue ampliada a lo largo de su vida y se conoce como Cancionero. Es una colección de sonetos y odas, inspirados casi todos ellos en su amor no correspondido por Laura, y reflejan a la perfección el carácter del poeta y de su pasión amorosa en un italiano vernáculo extremadamente melodioso y refinado. También en Laura se inspiró para componer otro conjunto de poemas, Triunfos (1352-1374), que detallan la elevación del alma humana desde el amor terrenal a su realización a través de Dios. Muchos de ellos fueron transformados en madrigales por el compositor italiano Claudio Monteverdi. El Cancionero de Petrarca actuó como un diapasón en la literatura europea de la época y del renacimiento. En España, Íñigo López de Mendoza, marqués de Santillana, escribió siguiendo sus planteamientos Sonetos fechos al itálico modo, pero fue el valenciano Ausiàs March el verdadero difusor de la poesía petrarquista. Su concepto idealizado de la mujer —Laura— pervivió hasta bien entrado el siglo XVI. Pero esta poesía también encontró detractores que rechazaban el endecasílabo, como Cristóbal de Castillejo, por considerarlo ajeno a la tradición castellana y preferir el dodecasílabo tradicional.

Erasmo de Rotterdam (c. 1466-1536), escritor, erudito y humanista holandés, principal intérprete de las corrientes intelectuales del renacimiento en el norte de Europa.
VIDA
Nació el 26 o 27 de octubre, probablemente de 1466, en Rotterdam, hijo ilegítimo de un sacerdote, Roger Gerard, y de la hija de un médico. Asistió a severos colegios monásticos en Deventer y ´s- Hertogenbosch y, después de la muerte de su padre, se hizo agustino en Steyn. En 1492 se ordenó sacerdote y trabajó para el obispo de Cambray, estudiando las filosofías escolástica y griega en
Desde 1499 viajó incansablemente de ciudad en ciudad trabajando como profesor y conferenciante, escribiendo constantemente e investigando manuscritos antiguos. Mantuvo una voluminosa correspondencia —se conservan más de mil quinientas cartas— con importantes personajes de la época. A lo largo de cuatro viajes a Inglaterra trabó amistad con eruditos de la nueva enseñanza humanista como John Colet, fundador del colegio Saint Paul de Londres, Thomas Linacre, fundador de
OBRAS
La obra de Erasmo pone de manifiesto su enorme erudición y elegante estilo latino, que amenizaba con paciencia e ingenio. Adagios (1500, ampliados en 1508), una recopilación de proverbios latinos, estableció su reputación como erudito. La mayor parte de sus primeras obras atacan las prácticas corruptas de
Erasmo expuso sus opiniones progresistas acerca de la educación en Sobre el método del estudio (1511) y La enseñanza firme pero amable de los niños (1529). Sostenía que el latín elemental y el cristianismo básico han de enseñarse en el hogar antes de empezar el bachillerato formal a los siete años. El latín también debía enseñarse primero de manera coloquial y después a través de la gramática, un método similar a las técnicas actuales de enseñanza. También es avanzada su defensa de la educación física, su crítica a la disciplina severa y su insistencia en despertar el interés de los alumnos.
En 1517, cuando la reforma se convirtió en un tema candente bajo el liderazgo decidido de Martín Lutero, la vida intelectual de Erasmo cambió de dirección. Hasta entonces admirado y temido como crítico, se volvió apologista, en realidad sin confiar en los católicos ni en los reformistas y siempre rehusando tomar partido. Siguió siendo católico aunque con frecuencia se asoció con los reformistas. Por los continuos ataques, en sus Coloquios (1518), a los males y errores de las autoridades eclesiásticas y a las supersticiones le acusaron de luterano, acusación que negó con vehemencia. También le acusaron de disimular sus verdaderas opiniones por miedo a las consecuencias. Para rebatirlo escribió una declaración completa de su posición teológica, Disquisición acerca del libre albedrío (De libero arbitrio, 1524), que incluye un ataque brillante a Lutero. El contraataque de Lutero provocó una polémica final de Erasmo, Hyperaspistes (1526). Mientras tanto preparó muchas ediciones eruditas de las obras de los padres de la iglesia con el editor Froben.
Aunque se le considera precursor de
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